Los Descendientes de Clodoveo
En el año 511 falleció Clodoveo I, rey de los francos y gran exponente de la Dinastía Merovingia, quien forjó un estado que ocupaba gran parte de la Galia, concretamente desde el río Rin hasta los montes Pirenaicos. El reino era considerado patrimonio real, y es por ello que a la muerte del monarca, el reino debía dividirse entre los hijos varones por herencia. La muerte de Clodoveo propició la primera de una serie de infructíferas divisiones del reino.

Teodorico I heredó la región de Austrasia, situando la capital de su reino en la ciudad de Metz. Clotario I obtuvo la región de Neustria, siendo su centro de poder la ciudad galorromana de Soissons. Childeberto I heredó París. Y, finalmente, a Clodomiro se le delegó el Valle del Loira, situando su capital en Orleans.
Los cuatro hermanos anhelaban los territorios de los otros, apareciendo una fuerte ambición por el trono franco de su padre, el difunto Clodoveo. El primero en caer fue Clodomiro, rey de Orleans, quien perdió la vida en la Batalla de Vézeronce mientras luchaba contra el Reino Burgundio (ver en mapa, territorio en beige), sucedida en el 524. Según el pacto original, el reino debía ser fraccionado entre los hijos del difunto, pero no fue así: dos de sus hijos fueron asesinados y tercero hecho monje.
El reino de Clodomiro fue dividido entre sus hermanos: Clotario I, Childeberto I y Teodorico I. Los tres hermanos lograron expandir sus reinos al conquistar al Reino Burgundio y al Reino de Turingia. También es conocido el fallido intento de asedio de Childeberto I a la Zaragoza visigoda (en aquel entonces llamada Cesaragosta). El siguiente hermano en fallecer fue Teodorico I de Austrasia, mientras sitiaba la ciudad de Arlés, siendo heredado por su hijo Teodoberto I.
El joven rey Teodoberto falleció cuando se unió a los bizantinos en una campaña contra el Reino Ostrogodo de Italia, ocurrida en el 548. Su sucesor fue su hijo de breve reinado, Teodobaldo; la muerte de Teodobaldo en el 555 le concedió a Clotario I de Neustria la oportunidad perfecta de marchar sobre Metz y reclamar Austrasia, y así hizo. Clotario también llegó a heredar el reino de su otro hermano superviviente, Childeberto I de París, al morir este último tres años después.

Con Clotario la unidad del Reino Franco se vio restablecida, aunque esta reunificación fue bastante efímera, ya que en el 561 falleció el monarca (tan solo tres años después de la reunificación). Sucedió que Clotario cometió el mismo error que su padre Clodoveo, y volvió a dividir el Reino Franco entre cuatro de sus hijos: Cariberto I, Sigeberto I, Gontrán I, y Chilperico I.
Los Descendientes de Clotario I y la Guerra Fratricida
Gontrán I heredó Orleans y Borgoña (viejo territorio del Reino Burgundio), Cariberto I obtuvo París y Aquitania, Sigeberto I heredó Austrasia, y a Chilperico I se le delegó Neustria.

Este nuevo reparto comenzó a sufrir bajas rápidamente, ya que en el 567 (seis años después de la división) falleció Cariberto I, rey de París, permitiendo a sus otros hermanos (Gontrán, Chilperico y Sigeberto) repartir sus territorios entre ellos.
Las luchas de poder entre los tres hermanos, y el deseo de ampliar las fronteras de sus tres reinos llevaron a los francos a una cruenta guerra civil que duró cuarenta años. Sucedió que dos de los tres reyes francos buscaron esposas en la corte visigoda, y las encontraron: una fue Brunegilda, esposa de Sigeberto I de Austrasia, y la otra Galsuinda, mujer de Chilperico I de Neustria, ambas hermanas y princesas visigodas.
La querella surgió ya que Chilperico estaba enamorado de su concubina Fredegunda, y esta le instó para que asesinara a su mujer Galsuinda, y la proclamara reina. Este homicidio provocó la reacción de la hermana de la difunta, la reina Brunegilda, y de su marido, el rey Sigeberto I de Austrasia, quienes declararon la guerra contra la Neustria de Chilperico.

Fue una cruenta guerra civil, en donde los reyes de Austrasia (Sigeberto y Brunegilda) y Neustria (Chilperico y Fredegunda) se enviaban sicarios mutuamente. En el 575 falleció Sigeberto I de Austrasia, quien fue asesinado por dos mercenarios contratados por Fredegunda. Su viuda, Brunegilda buscó refugio en el otro hermano, Gontrán I de Orleans, quien hizo nombrar nuevo rey de Austrasia a Childeberto II, hijo de Sigeberto, quien también recibió el apoyo de la nobleza.
En el 584 el rey Chilperico I de Neustria falleció durante una cacería a manos de sicarios; quien heredó Neustria fue su hijo con Fredegunda, Clotario II. En resumen, fue un periodo de tantas divisiones y luchas por los tronos que el poder de la Dinastía Merovingia fue menguando, siendo beneficiados la aristocracia terrateniente, de cuya lealtad dependían estos frágiles monarcas.

Childeberto II de Austrasia logró heredar el Reino de Orleans de su tío Gontrán I al fallecer este en el 592, gracias al Tratado de Andelot firmado cinco años atrás. A Childeberto solo le quedaba un oponente: su primo de trece años Clotario II de Neustria y su madre Fredegunda, pero fracasó en su intento de conquista de Soissons (capital neustríaca). Childeberto II falleció en el 595, con tan solo veinticinco años, dividendo su reino entre sus dos hijos menores de edad: Teodorico II en Orleans, y Teodoberto II en Austrasia; ambos reinos estarían bajo la regencia de su abuela, la anciana reina Brunegilda.
Los dos hermanos entraron en una guerra que acabó con uno muerto y otro recluido en un monasterio, obligando a Brunegilda a apuntar a Sigeberto II (hijo de Teodorico II) como rey de Austrasia y Orleans. En el 613, Clotario II de Neustria logró aliarse con la nobleza de Austrasia, y juntos depusieron a Brunegilda y a su bisnieto Sigeberto II. La anciana reina fue ajusticiada, enjuiciada y ejecutada. La toma de Austrasia, Borgoña y Orleans por parte de Clotario II permitió la unificación del Reino Franco.
La Unidad del Reino Franco: Clotario II y Dagoberto I
En el año 614 Clotario II aseguró su posición como rey de los francos, encabezando uno de los periodos más prósperos de la Era Merovingia. Durante su reinado comenzaron a tener mayor relevancia los llamados mayordomos de palacio, quienes eran figuras públicas que paulatinamente se hicieron de más responsabilidades y competencias, en perjuicio del monarca – teniendo una función equiparable con los primeros ministros de la actualidad. Clotario II designó como mayordomos de palacio a Pipino de Landen y a San Arnulfo de Metz.
Clotario también es recordado por convocar el Concilio de París, donde llegaron a participar cerca de ochenta obispos, y hasta el propio abad de Canterbury. Aquí se fortalecieron los privilegios del clero, y se descartaron ambigüedades en relación a la elección de obispos.
A la muerte de Clotario II en el 629, el reino fue heredado por su hijo Dagoberto I, mientras que a otro de sus hijos, Cariberto II, se le fue otorgado la región de Aquitania, para que así haya una defensa eficaz contra los vascones rebeldes de los Pirineos. Dagoberto I trasladó la capital de Metz a París, donde se levantó la Abadía de San Dionisio, ”siendo ahí la sepultura de muchos de sus sucesores”.

Pipino de Landen era uno de los principales cabecillas de la clase nobiliaria de Austrasia, de cuya estirpe descendieron los mayordomos de palacio. Dagoberto I también hizo de él mayordomo, y se instauró el carácter hereditario en la institución, siendo todos los mayordomos miembros del linaje Pipínida.
En el 639 falleció Dagoberto I, con treinta y seis años, dividiendo el Reino Franco entre sus dos hijos: Sigeberto III de Austrasia, y Clodoveo II de Neustria y Borgoña. A partir de este momento los mayordomos de palacio tomarían las riendas del gobierno, y dejaron de lado a los monarcas, cuyo papel quedaría reducido a meras figuras públicas; es por ello que este periodo es conocido como el de los Reyes Holgazanes.
Los Reyes Holgazanes y el Ascenso de los Pipínidas
La decadencia de la Dinastía Merovingia inició con la muerte del rey Dagoberto I, ya que durante su gobierno le abrió las puertas del poder a otra familia nobiliaria: los Pipínidas, quienes eclipsarían a los Merovingios por el siguiente siglo, y conformarían su propia dinastía de mayordomos de palacio. Pipino de Landen fue sucedido en Austrasia por su hijo Grimoaldo, quien sirvió al rey Sigeberto III de Austrasia. Sin embargo, Grimoaldo cometió el error de nombrar como sucesor del rey a su hijo Childeberto el Adoptado, lo cual terminó con su ejecución y la de su hijo a manos de la nobleza de Austrasia.
En Neustria, Clotario III, hijo de Clodoveo II, fue sucedido por su hermano Teodorico III, quien obtuvo el apoyo del mayordomo Ebroino, mas no de la nobleza. La nobleza apuntó como rey al otro hermano de Teodorico, y también rey de Austrasia, Childerico II; lo que desembocó en una confrontación entre ambos hermanos, uno apoyado por el mayordomo y el otro por la nobleza.
Al morir Childerico II, Clodoveo III y Dagoberto II reclamaron el trono de Austrasia sucesivamente, valiéndose de los derechos dinásticos que habrían heredado de sus respectivos padres. No obstante, tras la muerte de Dagoberto II a los veintiséis años, Austrasia fue heredada por Teodorico III de Neustria. Esta reunificación del Reino Franco por parte de Teodorico III y Ebroino fue seguida por un periodo de despotismo y de total crueldad por parte de estos nuevos gobernantes.
No fue hasta el 681, cuando Ebroino fue asesinado, que la familia Pipínida pudo volver al poder, esta vez encabezados por Pipino de Heristal, sobrino de Grimoaldo. Pipino reconoció la autoridad de Teodorico III y le permitió seguir gobernando sobre todos los francos, a excepción de Austrasia, la cual retuvo para sí. Del mismo modo, Pipino perdió poder e influencia sobre el Ducado de Aquitania, el cual estaba gobernado de forma cuasi independiente por el poderoso duque Odón el Grande. Pipino se encontraba ante un escenario adverso, gracias a las incesantes luchas de poder entre las noblezas de Austrasia y Neustria, ya que varios de ellos apoyaban. Aún así, este influyente mayordomo logró reunificar ambos reinos tras derrotar a sus enemigos en la Batalla de Tertry.

Pipino de Heristal siguió en el poder sirviendo a los descendientes de Teodorico III: Clodoveo IV, Childeberto III y Dagoberto III; pero falleció en el 714 tras treinta años en la mayordomía. La muerte de Pipino creó un gran vacío de poder, ya que para aquel entonces todos sus hijos habían fallecido, excepto un heredero bastardo que tuvo con una concubina: Carlos el Martillo o Carlos Martel.
Sin embargo, Plectrudis, viuda de Pipino de Heristal, encerró a Carlos Martel en Colonia; pero este se escapó y se hizo con Austrasia al deponer al Merovingio Chilperico II (hijo de Dagoberto III), quien reemplazó con Clotario IV; tras aquel complot, unificó todos los reinos francos bajo su mayordomía. Martel venció a los sajones, bávaros y frisios (contribuyendo con la evangelización de los pueblos de Germania) asumió de facto todo el poder político del Reino Franco, con la apariencia de una monarquía nominal.
Su mayor victoria fue en el 732, contra los árabes del Califato Omeya, durante la Batalla de Poitiers, en la cual se alió con los aquitanos de Odón el Grande. Previamente, estos árabes habían incursionado en la península Ibérica y habían acabado con el dominio godo tras la Batalla de Guadalete del año 711 – la victoria de Carlos Martel sobre los árabes imposibilitó la expansión musulmana en Europa, y, en cambio, se les obligó a retroceder a los Pirineos.

Curiosamente, al fallecer el rey Merovingio Teodorico IV en el 737, Martel optó por dejar el trono franco vacante, puesto que era completamente innecesario e impráctico seguir manteniendo a los reyes holgazanes. Tras su muerte en el 741, dividió el Reino Franco en dos mayordomías entre sus hijos: Carlomán en Austrasia y Pipino el Breve en Neustria. Sin embargo, en el 747, Carlomán renunció al mundo de la política, lo que permitió a Pipino el Breve hacerse con todo el reino. Para este entonces, el trono Merovingio llegó a tener un ocupante, este era Childerico III, pero este no tardó en ser depuesto por Pipino y recluido en un monasterio.
Tras la deposición del último Merovingio, Pipino, a través de tecnicismos legales, logró forjar una alianza con el Papa Zacarías I; quien envió a San Bonifacio para que le coronara como rex francorum (rey de los francos) en Soissons en el 751. Con este nombramiento, Europa le abrió las puertas a una nueva dinastía: la Carolingia.
Conclusiones
La Era Merovingia en Francia supuso dos siglos de transición. Los francos dejaron de ser un pueblo bárbaro tribal que se asentó a la Galia romana, a ser una monarquía feudal organizada propia de la Alta Edad Media europea. Por otro lado, es bastante notorio el atraso sociocultural respecto al viejo Imperio Romano; ya que los francos le dieron poca dedicación al arte y a las letras, hubo una gran inestabilidad política al tener que dividir el territorio y fragmentar el poder real, y hasta ocurrió un retraso en el ámbito sanitario ya que la expectativa de vida se redujo significativamente a una edad sorprendentemente temprana, dígase entre veinticinco y cuarenta años, esto se podría deber a las plagas, epidemias, insalubridad, etc. Aún así, este periodo tiene la virtud de haber presenciado el levantamiento de numerosas construcciones y complejos arquitectónicos, en su mayoría de índole eclesiástico, y de haber dado un gran paso en la consolidación del feudalismo – lo que definió la coyuntura sociopolítica, económica y cultural de la Europa Occidental durante la Alta Edad Media.
Referencias Bibliográficas
Gaveta de Historias [Gaveta de Historias]. (s.f.). LOS FRANCOS 1: La dinastía merovingia: Historia del Mundo #8. Recuperado el 2 de Abril de 2021 en https://www.youtube.com/watch?v=AwiOTsMsVtE
Garrido, A [Pero eso es otra Historia]. (2018, Octubre 19). FRANCIA MEDIEVAL 1: Los Francos Merovingios – De los Salios a los Reyes Holgazanes (Historia). Recuperado el 2 de Abril de 2021 en https://www.youtube.com/watch?v=IW3tkzYTlHI