El Imperio Mongol es el imperio continuo más grande de la historia, el cual se extendió por gran parte del continente asiático, desde Corea hasta el Mar Negro y el este de Europa. Su fundador fue Gengis Khan (llamado emperador universal o rey océano), quien creo prácticamente de la nada este vastísimo imperio, y lo gobernó como su gran khan.
Contexto Histórico
Hacia el Siglo XII, las estepas de la actual Mongolia estaba divididas en diversas tribus nómadas: los naimanos (los más poderosos), los keraitas, los taiechutos, los merkitas, los tártaros y los mongoles. Estas tribus estaban organizadas en distintos clanes, los cuales tenían como núcleo a la familia. Normalmente los clanes estaban conformados por aquellos miembros de la tribu que compartían un ancestro legendario, donde el rango social estaba definido por la cercanía de la vinculación con el antepasado.

Estas tribus y clanes tenían un estilo de vida bastante modesto. Vivían de la caza y la recolección, puesto que las duras condiciones climáticas de las estepas impedían la agricultura. Lo que más se acostumbraba a cazar era lobo, zorro, antílope o conejo. Además, se solía vivir en poblados de yurtas (tiendas desmontables utilizadas por los habitantes de las estepas). La tribu de los mongoles propiamente dicha, habitaba en la cuenca del río Onon (de donde proviene el término ”mongol”). Una estepa es un bioma que consiste en planicies semidesérticas frías, cuyas características son los climas extremos, las escasas precipitaciones y una amplia vegetación herbácea.
Sin embargo, la independencia de estas tribus estaba constantemente amenazada por las intervenciones de diplomáticas de los imperios chinos. En aquellos años, el territorio de China estaba dividido en varios reinos: la Dinastía Xi-Xia del noroeste, la Dinastía Jin de la zona de Manchuria, la Dinastía Song del sur, y finalmente el Reino de Dali del suroeste. Los soberanos chinos eran consientes de que para asegurar su propia estabilidad, y mantenerse a salvo de invasiones, debían sembrar constantes discordias entre las tribus nómadas del norte, bajo la política del ”divide y reinarás”.
La Historia Secreta de los Mongoles
En el año 1162 nació un niño dentro de la tribu de los mongoles que estaba destinado a cambiar el curso de la historia, su nombre: Temuyín. Temuyín era el hijo y heredero de Yesuguei, el jefe de los mongoles, quien destacó por su liderazgo y sus habilidades diplomáticas. Sin embargo, cuando el niño tan solo contaba con nueve años, Yesuguei fue envenenado por la tribu rival de los tártaros, lo que dejaba al clan en una situación precaria.

Ninguna de las tribus vasallas estaba dispuesta a obedecer a un niño, por lo cual abandonaron a los mongoles y obligaron a la familia de Temuyín a vivir en la penuria. Inclusive, el khan Targutai, de la tribu de los taieschutos, asaltó el campamento mongol y robó obejas y caballos. Cuenta la leyenda que Temuyín fue secuestrado por los taieschutos, ya que estos querían acabar con la sucesión de Yesuguei para que así Targutai también pueda reclamar el liderazgo sobre los mongoles. El khan Targutai hizo a Temuyín su esclavo y le obligó a usar un cepo de madera; no obstante, el joven pudo librarse de sus captores, asesinar a uno de los guardias que lo custodiaban y robar un caballo para así escapar. Este acto le otorgó cierto prestigio entre los suyos, lo que le valió con cierto número de leales.
Cuando Temuyín alcanzó la mayoría de edad, se propuso a reestablecer el poderío de los mongoles, el cual estaba en plena decadencia desde la muerte de Yesuguei. Él sabía que si quería asegurar la prosperidad de su tribu, debía forjar duraderas alianzas con los demás pueblos. Y así hizo. Primero acudió a Jamukha, su viejo amigo de la infancia, quien además era khan de los Jadarat, luego hizo lo mismo con Toghrul, el poderoso khan de los keraitas.

El ascenso de Temuyín como el gran caudillo guerrero de las estepas no fue del agrado de todas las tribus, particularmente de la tribu de los merkitas. Por ello atacaron el campamento de Temuyín, quien tuvo que huir dejando atrás a su esposa, Borte, la cual acabó raptada por los merkitas. Pero para ya entonces Temuyín estaba en condiciones de pedir auxilio militar, y acudió a Jamukha y Toghrul, quienes se sumaron a la ofensiva. Temuyín y sus aliados combatieron y vencieron a los merkitas, recuperando así a Borte y haciéndose con una gran fama entre las demás tribus. Poco después Borte quedó embarazada y daría a luz a Jochi, el primero de los cuatro hijos de Temuyín.
Sin embargo, la alianza entre Temuyín y Jamukha comenzó a deteriorarse y en su lugar se encendió una fuerte rivalidad, puesto que ambos caudillos pretendían unificar a todas las tribus como gran khan, pero gran khan solo puede haber uno. Durante los siguientes veinte años, los dos viejos amigos protagonizaron una encarnizada guerra sin cuartel en las estepas. Debido a su mayor carisma, a su prestigioso linaje, y a su mayor posición, varios clanes desertaron el bando de Jamukha para ponerse voluntariamente bajo el mando de Temuyín.

Temuyín logró vencer en varias ocasiones a ejércitos numerosos liderados por su viejo hermano de sangre Jamukha, lo que le preparó para enfrentarse a adversarios más poderosos. En paralelo, la Dinastía Jin, la cual gobernaba Manchuria y el norte de China, preparó una ofensiva contra los tártaros. Esta tribu había sido una vieja aliada del emperador Jin, pero este temía que se hubiera vuelto demasiado poderosa y que potencialmente represente ser una peligrosa amenaza para su soberanía. Para ello, los Jin se aliaron con Toghrul, el ya anciano khan de los keraitas, y por extensión también se sumaron Temuyín y sus mongoles (recordemos que en el pasado los tártaros asesinaron a Yesuguei, el padre de Temuyín, y por ende la sed de venganza aún no había sido solventada).
Tras varias victorias, la alianza logró vencer definitivamente a los tártaros. Al terminar la campaña, el emperador Jin otorgó cargos de honores a Temuyín y a Toghrul, pero estos reflejaban una extraña relación de subordinación del primero hacia el segundo, puesto que los chinos nombraron a Toghrul como wang (u ong khan en mongol, que vendría a ser un equivalente a rey), y nombraron a Temuyín como chaut quri (guardián de la frontera).

Para este entonces, varias tribus veían a Temuyín como una auténtica amenaza a su independencia. Receloso del vertiginoso ascenso del mongol, Jamukha reunió una coalición conformada por taieschutos, merquitas, tártaros y naimanos contra su viejo amigo. El creciente poder de Temuyín también generó grietas en su alianza con Toghrul, quien se mostraba reacio a asistir al joven caudillo en sus guerras, lo que eventualmente llevaría a la ruptura. Concretamente, el desencadenante fue la negativa de Toghrul de entregar a su hija en matrimonio con Jochi, el primogénito de Temuyín. En ese contexto, Toghrul unió fuerzas con Jamukha, sin embargo, no serían capaces de resistir el avance de su viejo aliado. Debido a las luchas intestinas, y al abandono de varios clanes que luchaban a su lado para integrarse a las filas de Temuyín, la coalición acabó debilitada.
Al morir Toghrul de un flechazo, los remanentes de los keraitas fueron absorbidos por los mongoles, quienes pasaron a controlar la zona oriental y central de la estepa. Jamukha, por su parte, acudió a los naimanos, quienes se habían ganado el prestigio de ser la tribu más poderosa, y por ende tenían mayor chance de poder rivalizar a Temuyín. De forma inevitable se produjo una gran guerra en las estepas entre estos dos poderosas facciones: por un lado las tribus y clanes que aceptaban a Temuyín como señor y soberano, y por el otro las tribus y clanes que preferían conservar su independencia, y encontraban a Jamukha como un líder más apto.

La gran guerra de las estepas acabó definitivamente en 1206, cuando Jamukha fue traicionado por sus sirvientes, quienes lo entregaron a Temuyín como un prisionero. El khan mongol mandó a ejecutar a los sirvientes, puesto que si eran capaces de traicionar a su señor anterior nada impedía que hicieran lo mismo con él. Temuyín ofreció a Jamukha su perdón, apelando a su vieja hermandad, pero él se negó ya que ”como solo podía haber un sol en los cielos, solo podía haber un señor en la tierra”; y como último deseo, Jamukha pidió una muerte noble sin sangre. Temuyín accedió, e hizo que le rompieran la columna vertebral.
Temuyín había derrotado a sus enemigos y se había hecho amo de las estepas orientales. En ese contexto, el caudillo reunió a todas las tribus a una ceremonia llamada Kurultai, donde fue coronado como gran khan de todos los mongoles, respaldándose en la necesidad de la existencia de un jefe supremo (que debía ser él). Es ahí donde Temuyín adopta el nombre de Genghis Khan, que vendría a significar ”rey océano” o ”emperador universal”. Ahora, el gran khan comandaría un potente ejército de 1 000 000 de nómadas, aguerridas máquinas de conquista listos para arrasar con el mundo entero. Oficialmente había nacido el Imperio Mongol.
Conquistas de Genghis Khan
Tras haber logrado la completa sumisión de las tribus, Genghis Khan preparó a sus gentes para ampliar sus dominios. Para ello introdujo una serie de reformas con el objetivo de lograr la homogeneidad de sus súbditos.
Primero, ordenó que todos los pueblos de la estepa adoptaran el nombre común de mongoles. Del mismo modo, seleccionó a sus hombres de mayor confianza para que desempeñen como generales, guiándose bajo los estándares de la meritocracia (creando así una nobleza guerrera). Además, Genghis promulgó la Yassa: un estricto código legal universal que regía sobre las vida civil y militar de los mongoles. Adicionalmente, el gran khan estableció una capital para este emergente imperio: Avarga o Aurag (”fuente” en mongol).
Sin embargo, tres décadas más tarde la corte mongola se trasladó a la ciudad de Karakórum, en el valle del Orjón; debido a que esta urbe era más adecuada como capital de un ”imperio universal”. Estas necesarias reformas lograron dar el paso de conversión entre un conglomerado tribal y un auténtico imperio.

Genghis estaba convencido que el dios Tengri (el dios del cielo azul) lo había elegido para expandir el territorio de los mongoles, y potencialmente crear un mundo sin fronteras, donde todos los pueblos de la Tierra sigan el rito de los mongoles, y se adapten a sus costumbres. Tras la unificación, el khan comenzó ampliando sus dominios en Asia Central sometiendo a los pueblos que habitaban al oeste de la estepa mongola, como los oirates, los kirguises o los uigures. Genghis sabía que mantener a la tribus unidas sería un trabajo complicado, por ello – apelando al sentimiento guerrero de los nómadas de las estepas – se propuso en identificar un enemigo en común y abatirlo; y si además la derrota de este enemigo podía proporcionar riquezas y botines para todos, mejor aún. Fue así como en 1209, con mayor seguridad y mayores números, Genghis comenzó a hacer los preparativos para llevar a cabo una ambiciosa empresa: la conquista de China.
Como comenté anteriormente, China estaba dividida en varios reinos, la mayoría era de procedencia bárbara. El noreste de China (es decir, en la frontera sur de los mongoles) estaba dominado por la Dinastía Jin, quienes eran de etnia yurchen: pueblo de hablaba tungús que en el futuro serían conocidos como manchúes, puesto que eran originarios de Manchuria. El noroeste de China, en el desierto de Gobi, encontramos a la Dinastía Xi-Xia, de etnia tangut. En la otra mano, el sur de China estaba dominada por una dinastía local: los Song. Finalmente, en el sudoeste de China – concretamente en la región de Yunnan – estaba ubicado el Reino de Dali, de etnia bai.

El primer objetivo de los mongoles eran los tangutos del reino de Xi-Xia, donde gobernaba el soberano Xiangzong. El ejército de Genghis Khan cruzó el desierto del Gobi, y puso rumbo hacia la capital de Xingqing. Frente a la capital tangut, el khan se encontró con un problema que hasta entonces había sido ajeno a él: el asedio a grandes ciudades fortificadas. Debido a su precaria tecnología bélica, Genghis no pudo vencer en el asedio y se vio obligado a recurrir a la diplomacia. El gran khan hizo que Xiangzong se convierta en su vasallo, que entregue a una de sus hijas en matrimonio, y que ofrezca un tributo en forma de ganado y riquezas.

En 1211, habiendo reunido a sus fuerzas, Genghis marchó rumbo a la conquista de su segundo objetivo: el Imperio Jin (de cuyos soberanos seguía siendo, en teoría, el ”guardián de la frontera”). Fue durante la invasión al noreste de China, que Genghis comprobó la eficacia de las armas que lo inmortalizaron en la historia: el terror y el exterminio. Toda población yurchen que no se rendía a los mongoles eran totalmente exterminada en base a espadazos, como castigo por oponérsele. Es por ello que la conquista mongola de China costó millones de muertes, y fue una guerra bastante prolongada, debido a la tenaz resistencia que ofrecieron los chinos.
Los ejércitos Jin fueron incapaces de detener el imparable avance de los mongoles, quienes con su prestigiosa caballería lograban vencer una y otra vez. Las ciudades yurchen caían o se rendían; y pronto el ejército del gran khan se plantó frente a la ciudad capital de Beijing, la cual se rindió en 1215 tras un largo asedio. El aterrado emperador yurchen huyó, y se refugió en las provincias Jin al sur del río Amarillo. Este acto fue visto como una traición por parte de sus soldados, por ello varios desertaron para unirse al bando de Genghis Khan, quienes le proveyeron inteligencia y logística militar (como auténticas armas de asedio). Aunque Genghis logró conquistar la capital Jin, no logró la sumisión completa de los yurchen.

Genghis se vio obligado a delegar la conquista de China a sus generales, ya que la situación en el oeste demandaba su presencia. Cuando Temuyín unificó la estepa oriental, Kuchlug, el khan de los naimanos, huyendo de las conquistas mongolas, se refugió en el Kanato de Kara Kitai de la estepa occidental. Kuchlug fue acogido por el anciano khan kitai, quien lo casó con su hija y le hizo su heredero. Pero el naimano tenía otros planes, ya que traicionó a su suegro y usurpó el poder en 1211. La población de Kara Kitai se mostró opuesta al nuevo gobierno, ya que un nómada de las estepas no estaba a la altura de administrar todo un reino; por ello, los opositores de Kuchlug acudieron en auxilio a Genghis Khan.
El general mongol Jebe invadió el Kanato de Kara Kitai en 1218, dando caza a Kuchlug y ejecutándole en el proceso. El resultado de esta fugaz campaña, fue la ocupación y conquista de este reino de la estepa occidental. Para este entonces, toda Asia Central había caído bajo control de los mongoles, y para mantener la cohesión entre todos los pueblos, Genghis Khan permitió la libertad religiosa. Tanto musulmanes, como judíos, cristianos orientales, budistas, confucianos, taoístas, y tengristas podían convivir en este imperio. El gran khan se interesó bastante en conocer los distintos credos, con la esperanza de que alguna pueda ayudarle para desbloquear el secreto de la inmortalidad.

Las conquistas de Genghis Khan por Asia Central, pusieron en contacto directo a los mongoles con el mundo musulmán, concretamente con el Imperio Corasmio gobernado por el shah Mohammed II, cuyos territorios se extendían en Persia, el Jorasán y la Transoxiana. Este Imperio Corasmio había tomado los territorios que una vez pertenecieron a los selyúcidas, los cuales obtuvieron en 1194 tras la deposición de Toghrul III, el último sultán del Gran Imperio Selyúcida.
El Imperio Corasmio era de gran importancia comercial, ya que a través de sus ciudades confluían las principales rutas caravaneras que conectaban Oriente con Occidente. En un inicio, Genghis no tenía intenciones de entrar en guerra contra los corasmios, pero un incidente pronto le hizo cambiar de opinión. Resulta que el gobernador corasmio de la ciudad Otrar ejecutó por supuesto espionaje a los comerciantes de una caravana mongola, lo que llevó al conflicto entre estos dos imperios.

La campaña de Genghis Khan contra el Imperio Corasmio fue de las más exitosas en la historia del Imperio Mongol. Aún con una aguerrida y enconada resistencia musulmana, Genghis logró arrasar una ciudad tras otra; utilizando – al igual que con los chinos – la devastación y el exterminio para doblegar al enemigo. El khan no solo se detuvo con la toma de ciudades, sino también asesinaba a sus habitantes y asolaba los campos de cultivo. Ciudades como Otrar o Bujará cayeron ante la temible avanzada de los mongoles, y pronto Genghis llegó a las murallas de Samarcanda, la capital corasmia y una ciudad de importante valor comercial por la Ruta de la Seda.
Mientras Samarcanda sucumbía, el shah Mohammed II huía despavoridamente hacia las provincias occidentales. La ciudad fue saqueada sin piedad por los mongoles, quienes además quemaron mezquitas, bibliotecas y palacios; en el proceso murieron cientos de miles de personas, cuyos cráneos fueron apilados en espeluznantes torres. Los pocos afortunados que sobrevivieron fueron esclavizados, y obligados a fabricar armas de guerra para los mongoles.

Tras la destrucción de la capital, la autoridad corasmia colapsó en varios de sus territorios; por lo cual los hijos del khan – Jochi, Chagatai, Ogodei y Tolui – aprovecharon la oportunidad para invadir las provincias enemigas en Persia y el Jorasán en búsqueda del fugitivo shah. En 1221, Mohammed II terminaría muriendo de pleuritis en alguna isla del Mar Caspio; con ello el Imperio Corasmio se destruyó, y muchas de sus provincias fueron anexadas por el Imperio Mongol.
Si bien es cierto que varias facciones persas y corasmias siguieron resistiendo a la ocupación mongola, la invasión de Genghis dejó abierta la entrada hacia Siria, Mesopotamia y Anatolia. En 1221, los ejércitos del gran khan pusieron pie en la Transcaucasia, dominado por el reino cristiano de Georgia. Al año siguiente, el Imperio Mongol entró en guerra con los georgianos, quienes a pesar de unas victorias iniciales, no pudieron detener la ofensiva del invasor. En 1223, los mongoles saquearon Georgia y mataron a su rey, Jorge IV; pero diferencia de otros pueblos, los mongoles no aniquilaron a los georgianos. Las tropas del khan siguieron su camino rumbo a la Estepa Ponto-Caspiana y a las costas del Mar Negro, en busca de botines y tierras más ricas.

El saqueo de Georgia permitía a Genghis poner un primer pie en suelo europeo. Mientras atravesaban el Cáucaso, los mongoles vencieron a una coalición formada por alanos, jázaros, cumanos y búlgaros del Volga. En 1223, el amenazado príncipe de Kiev, Mstislav III el Valiente, forjó una alianza con los cumanos y con otros príncipes rusos para frenar la expansión de los mongoles, quienes se acercaban cada vez más a Rusia. Los generales Subotai y Jebe quisieron negociar un acuerdo con los rusos (alianza o rendición), pero estos reaccionaron asesinando a los embajadores, lo que encendió las tensiones entre ambas facciones.
La coalición dirigida por Mstislav el Valiente, la cual englobaba a rusos y cumanos, venció al invasor mongol en el río Dnieper, obligándolos a retirarse al río Kalka. En las orillas del Kalka tuvo lugar otro enfrentamiento, pero esta vez el resultado fue catastrófico para el bando ruso: la mayoría de los soldados perdieron su vida en combate, de los pocos que sobrevivieron encontraron su final siendo torturados por los mongoles, y solo una décima parte logró volver a casa. Por su parte, Mstislav de Kiev y dos de sus yernos fueron capturados y ejecutados por los mongoles.

Pese a tal contundente victoria, Genghis Khan ordenó a sus hijos y generales emprender el retorno al Lejano Oriente. El gran khan tenía cuentas pendientes con su vasallo, el reino tangut de Xi-Xia, quienes se negaron a prestarle apoyo militar durante la guerra contra el Imperio Corasmio, alegando que los mongoles ya contaban con efectivos suficientes. Fue así como en 1225, Genghis Khan lanzó una segunda invasión contra Xi-Xia, utilizando su conocida estrategia de la amenaza, el terror y el exterminio.
El ya anciano khan logró asediar con éxito fortalezas y ciudades, logrando tomar la estratégica Wuwei; fue entonces cuando los tangutos prepararon una contraofensiva que finalmente se tradujo en la gran Batalla del río Amarillo, nuevamente con victoria para los mongoles. En 1227, los mongoles consiguieron que el rey tangut rinda la capital de Xingqing, lo que devino en la ejecución del soberano, la masacre de la población y la destrucción de ciudad.

No obstante, en agosto de 1227 Genghis Khan, el emperador universal, murió inesperadamente al caerse de su caballo mientras terminaba de concretarse la anexión de Xi-Xia. Se trasladó el cadáver del gran khan a su Mongolia natal, guardando en secreto las circunstancias de su muerte. Se cuenta que el sepelio del gran emperador se ubica en la montaña de Burkan Kaldun, en una región conocida como el Gran Tabú.
Para preservar el secreto, se ordenó matar a todos los esclavos que construyeron la tumba; y a su vez, esos soldados fueron también asesinados. Es por ello que la ubicación de la tumba de Genghis Khan es prácticamente desconocida, y solo hay hipótesis al respecto. Aún tras su muerte, su legado persistió, y sus hijos y nietos continuarían las conquistas sometiendo casi toda Asia.

Referencias Bibliográficas
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Arre Caballo! (s.f.). Los mongoles. Recuperado el 19 de Febrero de 2022 en https://arrecaballo.es/edad-media/los-mongoles/
Leyendo el artículo me ha hecho recordar a Putin. Con respecto a la situación actual sobre Rusia y Ucrania ¿Cuál es tu opinión al respecto?
Hola Teresa, yo creo que la actual guerra podríamos entenderla como el estallido de una bomba con un conteo regresivo de 30 años (cuya explosión ya era cuestión de tiempo). Dadas las circunstancias, me toca a mi hacer honor al lema que titula esta página: en la guerra no hay buenos ni malos, solo hombres con sed de poder. En tal sentido, considero que la guerra no fue el resultado de un mero capricho ruso, o pura megalomanía de Putin, sino hay un gran número de antecedentes que vale la pena tomar en cuenta. Para comenzar, EEUU y Occidente violaron las garantías de no expansión de la OTAN hacia el este, efectuadas durante el proceso de reunificación de Alemania en 1990, puesto que varios países del viejo Pacto de Varsovia, e incluso naciones exsoviéticas, se unieron a la OTAN. El resultado fue que Rusia estuvo cada vez más amenazada, al ser cercada con naciones pertenecientes y aliadas a la OTAN; incluso los EEUU y la Unión Europea boicotearon, impusieron sanciones, e incentivaron protestas en aliados regionales de Rusia, como Georgia en 2012, Bielorrusia en 2020, Kazajistán a inicios de 2022, o la propia Ucrania en la época de Yanukóvich en 2014. Todo esto mientras la OTAN colocaba todo tipo de armamento en la frontera, incluyendo misiles, bombarderos y unidades de combate a unos pocos km del territorio ruso (es por ello que pedir la intervención de la OTAN causaría indefectiblemente un conflicto mundial, el cual hasta ahora se está buscando evitarse). En esta ocasión el detonante ha sido el temor de Rusia de que Ucrania se una a la OTAN, ya que dejaría a su país en una situación bastante vulnerable, y pondría en riesgo sus intereses geopolíticos en Europa del este, el Mediterráneo y Medio Oriente; y al mismo tiempo, tenemos a una Ucrania buscando protección frente a Rusia, y a sus reclamaciones en Donetsk, Lugansk y Crimea. En mi opinión, Ucrania es un simple peón en un escenario geopolítico inmenso, el cual ha tenido la desgracia de protagonizar esta guerra.
Yago, estoy muy agradecida por tu respuesta primeramente. En segundo lugar, admiro todos tus conocimientos a cerca de la historia de nuestro planeta. Asimismo, solo como consejo o sugerencia, no sé que tal te va hablando o haciendo videos, pero considero, que además de tener un gran futuro en el mundo de la escritura con tu blog, podrías también abrir un canal de Youtube. Considero que sería muy interesante escucharte explicar cada tema que nos redactas en tu blog. Y aparte, llegarías a más jóvenes que están interesados en la historia universal. Pero, considero que tú, no solo eres bueno explicándonos un suceso histórico, sino también como enlazas y conectas los hechos para que el público comprenda el hecho principal es muy admirable. Muchas gracias por este espacio y espero el próximo artículo. Cuídate.