De Arcadio a Justino I: Los Herederos Orientales de la Tradición Romana

Basileia Ton Romaion

Mientras que la fracción occidental del Imperio Romano colapsaba en medio de un escenario caótico, a raíz de las invasiones bárbaras del Siglo V; la fracción oriental prosperó durante toda la Edad Media. La denominación de ”bizantino” (introducida por el erudito alemán Hieronymus Wolf en el Siglo XVI, la cual hace referencia a la antigua polis griega de Bizancio sobre la cual se erigió Constantinopla) es la terminología oficial para referirse al Imperio Romano de Oriente, estado surgido en el año 395 tras la división del emperador Teodosio.

Cabe resaltar que los bizantinos nunca se llamaron como tal, y más bien se referían a sí mismos como romanos. Los elementos que constituyeron al mundo bizantino fueron la herencia cultural griega clásica – pues los idiomas oficiales fueron el griego y el latín, aunque en menor medida, la religión cristiana ortodoxa, y la organización administrativa romana heredada del emperador Diocleciano, la cual apenas varió hasta el Siglo VII.

Extensión Geográfica del Imperio Bizantino durante el Siglo V

El sistema de gobierno bizantino se consolidó como una monarquía teocrática, tras un proceso que venía gestándose desde los reinados de Diocleciano y Constantino. El emperador, también llamado Basileus o Autokrator, era la cabeza del estado y actuaba como ministro de Dios. Este gozaba de total libertad para elegir a su sucesor, el cual generalmente era uno de sus hijos o sobrinos. El basileus tenía el poder de designar a los patriarcas de Constantinopla, Antioquía, Jerusalén y Alejandría, y a su vez estos debían canjearle su apoyo al emperador.

Otro organismo, subordinado al emperador, era el Senado de Constantinopla, fundado por Constantino el Grande. Su labor principal era moderar el autoritarismo del emperador, aunque si bien es cierto que sus competencias quedaron reducidas a un simple concejo municipal.

Como mencioné previamente, se preservó el sistema administrativo de Diocleciano, en el cual se dividía al imperio en cinco diócesis: Moesia, Tracia, Asia, Ponto y Oriente. Cada diócesis estaba administrado por un vicario en el aspecto político, y por un dux en el aspecto militar. Todos los dux estaban subordinados al magister militum, quien vendría a ser el comandante en jefe de todos los ejércitos.

Ejército Bizantino

Los bizantinos se dedicaban, esencialmente, a la agricultura y a la artesanía, vendiendo su mercancía en los grandes mercados de Constantinopla, ciudad que pasaría a ser el punto de encuentro comercial entre Europa y Asia. Aunque también era común dedicarse a la banca, la textilería, la panadería, la producción de jabón etc.

Constantinopla

Arcadio y Teodosio II

El primer emperador bizantino fue Arcadio, hijo de Teodosio el Grande y hermano de Honorio, emperador de Occidente. Ascendió al trono en el año 395 cuando tenía apenas dieciocho años, y sirvió como marioneta de su prefecto del pretorio Rufino, y de su mujer, la emperatriz Eudoxia. Su reinado fue muy breve ya que terminó falleciendo en el año 408.

Durante sus escasos trece años en el poder, Arcadio se vio obligado a enfrentar la rebelión de los visigodos de Alarico, quienes habían saqueado varias ciudades griegas demandando a los emperadores una compensación por su servicio en el ejército. Arcadio tuvo que entregarles un foedus en la región de Iliria – es decir, se les otorgó tierras para que ellos las administraran de forma libre y autónoma, y a cambio debían servir en el ejército y operen en nombre del emperador – para así mantenerlos distantes de Constantinopla, la capital. Aún así, los visigodos abandonaron Iliria, saquearon Roma, y se instalaron en la Aquitania.

Tras la muerte de Arcadio, llegó al poder su hijo de siete años, Teodosio II el Calígrafo, quien gobernaría por más de cuarenta años. Su corta edad hizo que la regencia del imperio esté cubierta por Antemio, prefecto del pretorio del joven emperador. Aunque con el pasar de los años sería su hermana Pulqueria quien ejercería un mayor control sobre Teodosio.

Escultura Facial de Teodosio II, emperador del Imperio Romano de Oriente

Tras haber sufrido el saqueo de los godos, durante el reinado de Teodosio II se llevó a cabo un monumental proyecto para reforzar las defensas de Constantinopla: se erigió la triple línea de murallas teodosianas. Estas murallas contarían con más de cien torreones, y resistirían un total de veintiséis asedios. Cuando la construcción inició Teodosio era muy pequeño y por ende el proyecto recayó en manos de Antemio.

También fundó la primera universidad en la historia, la de Constantinopla, alrededor del año 425, la cual fue bautizada como Auditórium. En sus más de treinta cátedras, se impartieron clases de gramática, retórica y filosofía. Ahí se recopilaron todas leyes aprobadas desde Constantino en el llamado Codex Theodosianus o Código Teodosiano.

Como Pulqueria era una cristiana devota, esta convenció a su hermano el emperador de emprender una guerra contra los persas sasánidas, puesto que estos perseguían a los crisitianos de sus tierras. Pero la guerra terminó en un punto muerto, y los romanos tuvieron que firmar una pronta paz ante el avance imparable de los hunos, quienes habían irrumpido violentamente en Europa tras haber invadido la estepa póntica. Tras sufrir sucesivas derrotas a manos de Atila y Bleda, Teodosio tuvo que conformarse a pagar un tributo para poder mitigarlos.

Por aquellas fechas, el África romana cayó en manos vándalas, por lo que los emperadores de Oriente y Occidente reunieron sus fuerzas en Sicilia para reconquistar el sur del Mediterráneo. Pero el proyecto se desvaneció cuando tanto persas como hunos reanudaron sus ataques al Oriente.

Por otro lado, Teodosio convocó el Concilio Ecuménico de Éfeso, en el año 431, buscando resolver las disputas cristológicas que habían surgido dentro de la Iglesia. En él se condenaron doctrinas heréticas, como el Nestorianismo; y tras el Concilio de Calcedonia, celebrado en el 451, se condenó el Monofisismo.

Teodosio II falleció en el año 450 en su palacio en Constantinopla, designando como sucesor al marido de su hermana Pulqueria, Marciano.

Marciano

Marciano sucedió a su cuñado Teodosio II en el año 450, convirtiéndose en el nuevo emperador de Bizancio. Su reinado fue bastante breve, ya que gobernó tan solo por siete años. Fue Marciano quien convocó el ya mencionado Concilio de Calcedonia, el cual fue presidido por el patriarca Anatolio de Constantinopla. En dicho concilio se precisó que Jesucristo gozaba de tanto una naturaleza divina como una humana; condenando la doctrina monofisita en el proceso, la cual solo reconocía la naturaleza divina. En Calcedonia se estableció un credo oficial, donde se reconocería la plenitud de las naturalezas divina y humana de Jesucristo como segunda persona de la Trinidad.

Su reinado, aunque breve, estuvo caracterizado por la paz y la prosperidad, puesto que tras la victoria romana en la Batalla de los Campos Cataláunicos, la amenaza huna se desvaneció. Aún así se enemistó con el Imperio Romano de Occidente, ya que se negó a reconocer a los sucesores de Valentiniano III cuando este falleció en el 455: Petronio Máximo y Avito. Tras el fallecimiento de Marciano se extinguió la línea teodosiana, llegando al poder una nueva dinastía, la Leónida o Tracia.

León I el Tracio

León I llegó al trono de Constantinopla tras suceder a Marciano en el 457, se alzó en el poder tras ser elevado por el magister militum Aspar, de procedencia alana. Fue el primer emperador en ser coronado por el Patriarca de Constantinopla.

Su reinado estuvo plagado por terremotos y desastres naturales, y hasta tuvo que lidiar con un incendio en la capital. Expulsó a los invasores hunos del Danubio, mantuvo buenas relaciones con la Persia Sasánida, y hasta pactó con el general Ricimero del Imperio Romano de Occidente, para lanzar una ofensiva contra los piratas vándalos del norte de África, liderados por el rey vándalo Genserico, pero la campaña resultó ser un estrepitoso fracaso.

Busto de León I, emperador del Impero Romano de Oriente

Por otro lado, León I tuvo que promulgar una medida militar que era necesaria para asegurar su lugar en el poder. Resulta que el imperio contaba con varios soldados germanos, subordinados hacia el magister militum Aspar. Es por ello que León temía que Aspar acumule más poder que él – recordemos que fue Aspar quien lo elevó en el trono.

León, buscando compensar el poder de Aspar, creó un cuerpo de soldados de élite: los excubitores. Estos excubitores eran montañeses de la región de Isauria, en Asia Menor. Aún así, Aspar sería asesinado poco después por los eunucos de palacio. Quien lo reemplazaría como magister militum sería Tarasis Kodisagios, un excubitor que se ganaría el favor del emperador. Incluso llegaría a casarlo con su hija, Ariadna, y fruto de esa relación nació León II.

León I terminaría falleciendo en el 474, sería sucedido por su joven nieto León II, aunque solo sobrevivió unos escasos meses, siendo sucedido por su padre Tarasis, quien gobernaría con el nombre de Zenón.

Zenón

En el 474 llegó al poder Zenón, yerno de León I, y padre de León II. Previamente, Zenón había participado de la campaña de León I contra los vándalos, incluso llegó a firmar la paz con Genserico personalmente. Apenas llegó al poder, Zenón se vio obligado a lidiar con un complot encabezado por Basilisco. Quien terminó deponiéndolo y lo exilió a Isauria, sin embargo en el 475, Zenón volvió a Constantinopla y recuperó el trono.

Durante su gobierno se produjeron cambios importantes, como por ejemplo la caída del Imperio Romano Occidente. En el año 476, Odoacro, líder de los hérulos, entró en Rávena y depuso al emperador Rómulo Augústulo. Para su sorpresa, Zenón recibió de Odoacro las insignias imperiales romanas, quien se declaró su vasallo y lo reconoció como el soberano único del Imperio Romano

Zenón en una Moneda que celebraba sus victorias

Buscando aliviar la frontera danubiana de la presión ostrogoda, Zenón prometió al rey de los ostrogodos, Teodorico el Grande, cargos y honores si liberaba Italia del yugo de Odoacro. Los ostrogodos sitiaron Rávena, asesinaron a Odoacro y tomaron la península, formando así el Reino Ostrogodo.

Por otro lado tuvo que lidiar con el Cisma Acaciano contra el Papa Félix III, producido tras la publicación del Henotikon a manos del Patriarcado de Constantinopla. Este edicto pretendía unir la concepción clásica de entender a Cristo con los dogmas monofisitas, los cuales se habían extendido en Egipto, Cirenaica y Siria. Del mismo modo, pretendía reparar el cisma que se había producido en el Patriarcado de Alejandría entre las elecciones de patriarcas ortodoxos y monofisitas (coptos). Dicho cisma terminaría escalando en el Siglo VI, cuando la Iglesia Copta se separó oficialmente del Cristianismo calcedoniano, al elegir a su propio papa monofisita.

Anastasio I

En el año 491 falleció Zenón, y al no contar con descendencia, le sucedió Anastasio I, natural de Dirraquio, quien fue proclamado emperador por la viuda de su predecesor, Ariadna.

Anastasio logró reformar la organización fiscal, dejando atrás la crisis económica que el Imperio Romano venía arrastrando desde la Crisis del Siglo III, incluso, gracias a su reformas las arcas del estado gozaron un superávit. Además del sólido de oro (moneda introducida por Constantino el Grande), se introdujo el numo de cobre en el año 498. La bonanza económica que alcanzó el imperio con Anastasio fue monumental. Por otro lado, el emperador dejó de reclutar isaurios para el cuerpo de excubitores, temiendo que ganen mucho poder.

Más allá de enfrentar a las élites eclesiásticas debido a los rumores esparcidos de que practicaba el Monofisismo, se podría decir que el reinado de Anastasio fue próspero y esplendoroso. En el año 518 falleció Anastasio I, y al no tener vástagos, inició una crisis sucesoria que fue cubierta con la llegada al poder del anciano Justino I.

Justino I

En el año 518 un nuevo emperador llegó al poder, este fue Justino, cabecilla de los excubitores, y fundador de la Dinastía Justiniana. Justino era de orígenes humildes, y además analfabeto, lo que hizo que se apoyara en sus consejeros. Uno de estos consejeros era su sobrino, un prometedor joven, llamado Flavio Petro Sabacio Justiniano.

Justino era fiel al Credo Calcedonista, y por ende inició una persecución contra monofisitas y arrianos. Lo que, consecuentemente, terminó escalando las tensiones con los ostrogodos en Italia y los visigodos en Hispania; los cuales practicaban el Arrianismo. Invalidó el Henotikon de Zenón, lo que fortaleció la alianza con el papado, inclusive, el Papa Juán I visitó Constantinopla.

Moneda con la Efigie de Justino I, Emperador de Bizancio

Justino I murió en el año 527 en la ciudad de Cesarea de Cilicia – ciudad que a su muerte fue bautizada como Justinópolis – en Anatolia. Su sucesor fue su sobrino, y consejero, Flavio Petro Sabacio Justiniano, el cual iniciaría con la tarea imposible de restaurar el Imperio Romano de anteaño.

Referencias Bibliográficas

MCN Biografías.com (s.f). Teodosio II. Emperador de Bizancio (401-450). Recuperado el 10 de Marzo de 2021 en http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=teodosio-ii-emperador-de-bizancio

Ministerio de Cultura y Deporte, Gobierno de España (s.f.). Tesauros. Recuperado el 10 de Marzo de 2021 en http://tesauros.mecd.es/tesauros/contextosculturales/1189267#c1360626303

Garrido, A [Pero eso es otra Historia]. (2018, Julio 15). IMPERIO BIZANTINO 1: De la caída de Roma al auge de Justiniano I (Documental Historia). Recuperado el 10 de Marzo de 2021 en https://www.youtube.com/watch?v=Cx9kb9n-K-E

(Visited 243 times, 1 visits today)